Y me pregunto, ¿cuántos hombres, cuántas mujeres, cuántas historias y cuántas pasiones quedan perdidas?, porque no las rescatamos en documentos, libros, museos, fotografías y monumentos, manteniéndolas vigentes a lo largo del tiempo como fiel testimonio de lo que somos capaces de hacer las personas cuando tenemos una misión y estamos dispuestos a todo para lograrla.

Este museo digital tiene el propósito de traer al presente las historias, la pasiones de los hombres y mujeres de Uruapan que hicieron grandes aportaciones a la aviación civil y también a la comunidad.

Y me encanta la idea de que hayamos logrado hacerlo, porque espero que sirva como fuente de inspiración a las nuevas generaciones, para alentarlos a no abandonar sus sueños, a no rendirse ante las adversidades, a no declinar en sus ideales, porque pese a los escenarios adversos que pudieran visualizarse, cuando se está conectado con un propósito, como reza el dicho “no hay PERO que valga”.

Y les afirmo esto, de los personajes que vamos a conocer, ninguno tuvo capacidades fuera de lo humano, me refiero a que, no eran personas araña,  verdes, alienígenas, ni nada por el estilo, se trataba de personas de “carne y hueso”,  con miedos, con frustraciones, con dificultades económicas,  con familias, con presiones sociales, en fin, con todas las fortalezas y debilidades humanas, así como las circunstancias particulares de su época, como cada uno de nosotros, pero eso sí, fueron personas,  a quienes todas esas situaciones, no les sirvieron de pretexto para renunciar a sus sueños.

Les cuento de mi Padre porque es la historia que más conozco. Él nació en la Ciudad de México, provenía de una familia humilde; recuerdo que me contaba que usaba zapatos para ir a la escuela pero que al llegar a casa había que quitárselos para “no gastarlos”. Él no fue ingeniero aeronáutico, formó una familia y tuvo nueve hijos más un hijo adoptivo, (con todo lo que implica mantener una familia tan numerosa), nunca contó con el apoyo de las autoridades y tampoco se sacó la lotería, pero logro su sueño: ser diseñador y fabricante de aviones, construyendo así un total de 11, antes de vender la patente a Aeropuertos y Servicios Auxiliares.

Por todo lo que acabo de expresarles, es que me parecía que era imperdonable, que su historia junto con la de otros de sus contemporáneos quedara en el olvido y fue que me propuse entonces hacer este museo.

Pero como toda idea, no se concreta sin la suma de voluntades y sin el entusiasmo y esfuerzo de muchas personas e instituciones, por eso, en esta tarea  que duró alrededor de 2 años y que involucró muchas actividades, desde reunir fotografías, medallas, libros, reconocimientos; escanearlos, clasificarlos, ordenarlos, además de  tener la asesoría inicial de un especialista en curación de museos; luego, hubo que redactar los contenidos, seleccionar fotografías, hacer entrevistas, etc. Esta intensa y laboriosa tarea la asumió con gran compromiso y dedicación mi hermana Anita, sin ella, este museo no habría tenido la calidad y profundidad lograda.

También, mis hermanos y hermanas que se sumaron en aportar material, historias, datos y ayudaron a identificar a los personajes que presentamos en esta exposición.

En el diseño y elaboración contamos con la valiosa creatividad y experiencia de Luis Manuel Urbina Villegas y de mi hijo, Luis Eduardo Quezada Bárcenas.

También fue de gran valor la información, material e historias aportadas por las familias Cuahonte, Rivera, Rodríguez, Barba, Loperena, Castillo y de muchas más.

El Sr. Alejandro Rubio Delgado que fabricó con gran fidelidad la réplica a escala del Avión BARCENAS 01.

También, un agradecimiento al grupo “Uruapan visto por los Uruapenses”, quienes hicieron suyo el tema, lo tomaron con gran entusiasmo y organizaron un evento de gran alcance apoyado y enriquecido por el Club Rotario, el Club de Aeromodelismo y, por supuesto, el apoyo, de  la Casa de la Cultura y la Presidencia Municipal de Uruapan.

Pero todo este esfuerzo colectivo, no tendría ningún sentido, si los destinatarios del mismo, no vinieran a recibirlo, por tanto, muchas gracias a todos ellos, pero también muchas gracias a todos ustedes por estar hoy aquí, porque juntos es como verdaderamente logramos que estas historias y pasiones sean revividas  y  vuelvan a ser ejemplos de vida.